viernes, 11 de enero de 2008

Campamento Final 2008



Campamento "El Timpo no para las Guias tampoco", se realizo en San Clemente, Cordoba la semana del 2 al 7 de enero.
La tematica fue la Maquina del tiempo y con ella pudimos recorrer distintas epocas: Los Picapiedras, Las Brujas de Salem, Los diose griegos, los Hippies y El presente.

Ahora les dejo una pequeña lectura que leimos en la Ceremonia de Apertura:
Un día cansado de ver pasar los días de su vida sin un propósito más que observar pequeñas ratas blancas de laboratorio girar su gigante rueda, se dio cuenta que su sueño de científico loco no era exactamente lo que estaba viviendo. Pensó en la cantidad de locuras que había jurado experimentar si se convertía en un científico importante. Sin embargo se dio cuenta que, sumergido en libros y en cuestiones de ADN, evolución del hombre, como hacer crecer el pelo a los pelados o como perder peso sin mover un solo músculo, no iba a descubrir nada nuevo, solo que quizás se había equivocado de vocación y que ese sentimiento de buscar el bien de la humanidad había experimentado sucesivas mutaciones hasta convertirse en un simple objetivo, el ver rata corriendo en una rueda de metal.
Su mente imantada a este sentimiento de resignación, buscaba justificaciones…pero no las hallaba puesto que no las había. No había nada en este mundo que remplazara su maravillosa idea, la que lo había impulsado de niño a ser ese científico loco, a estudiar, a medir y a calcular sucesivamente números y más números. Nuestro científico loco retomaría la tarea de su vida…la construcción de su máquina del tiempo, aquella que le permitiría según sus cálculos, precisamente logrados, visitar las más lejanas culturas, vivir las más extrañas experiencias, pero por sobretodo descubrir el secreto mejor guardado, el de la llama que alimenta el espíritu interno del hombre. Aquello que impulso a los hombres a evolucionar a través del tiempo. Para nuestro amigo, potencial pasajero de esta extraña máquina, comprender porque el hombre seguía evolucionando sin descanso, sin parar a pensar lo que ya había logrado lo atraía poderosamente. El consideraba que el hombre, como cualquier criatura, podría simplemente limitarse a vivir, sin embargo su espíritu interno lo animaba a seguir creciendo, a no detener la marcha. Para él, eso debería tener una explicación concreta, puesto que si bien era un soñador, también era un insaciable buscador de respuestas concretas y comprobables.
Nuestro amigo tomo un lápiz y un cuaderno, tituló la primera página del mismo “Bitácora de un viajero del tiempo” y a continuación se dispuso a diseñar su magnífico vehículo al que, finalizado el bosquejo, bautizo “Eterno soñador”, en referencia a ese sentimiento que le había vuelto a animar para emprender aquellos sueños que el creía había perdido, justamente, en el tiempo.
Por la mañana luego de una noche intensa, se dispuso a recolectar los elementos necesarios para la construcción de este extraño aparato, que en realidad no era tan extraño para él, puesto que había formado parte de sus sueños siempre.
Entre sus principales piezas estaban, cada una tenían un comentario al margen:
§ Pequeñas tuercas (Por favor! Conseguir de las aladitas, esas que son pequeñas, fuertes y decididas, capaces de mantener unidas cada una de las partes por su tenacidad)
§ Elementos de exploración (Aquellos que me permitirán explorar y aventurarme por los más inhóspitos lugares y entre las más extrañas personas)
§ Luces incandescentes (Las más brillantes de todas, aquellas que son como el hermoso sol, las que disipan la oscuridad, y todo lo hacen claridad)
§ Motor ultrarápido (Ese de encendido automático, el de mayor fuerza y espíritu, el que cargado con los mejores combustible, hacen de lo imposible posible, por su trabajo constante y predisposición a todo)
§ Instrumento de orientación (De los más variados, con las más variadas opciones y capacidades. Eso que nunca te abandonan durante tu viaje, los que no fallan y están siempre listos para servir de tu mejor compañero de viaje)
§ Mis más preciados tesoros (aquellos sencillo y singulares elementos que me hacen sentir cerca de casa, aún estando millones de años lejos de su existencia, aquellos que me atan a mi presente)

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